La fiesta del Septenario, al ser un complejo cultural de mucha importancia para la sociedad cuencana, se caracteriza por una serie de elementos que hacen de la misma una fiesta exclusiva de nuestra ciudad.
El día de cada grupo comienza realmente en la noche anterior, con las vísperas en el parque central. Desde temprano se congregan, los llamados “cueteros”, que montan un escenario único de distracción, lleno de luces y colorido, además están también los dulces de corpus, y la presencia de bandas locales y puestos de venta de aguardiente. La gente llena el parque y los portales, disfruta de los fuegos pirotécnicos y por supuesto de la quema de los castillos. La quema del último castillo señala el fin del evento.
A la mañana siguiente se celebra una misa con sermón dedicado al grupo auspiciador, y el Santísimo queda expuesto por el resto del día para ser visitado por fieles y cofradías. Alrededor de las cinco de la tarde tiene lugar el “Cerrame” que, como su nombre lo indica, cierra el día del grupo pertinente.
El rito religioso, a su vez, gira en torno a la Custodia que aloja al Santísimo Sacramento, que es atendida por especialistas del culto, que son los sacerdotes de la Curia Arquidiocesana. La gente llena la Catedral, y hay una clara actitud de glorificación y entrega al Altísimo.
EL CORPUS CRISTI EN CUENCA.
Cuenca. 23.06.92. Constituido como una fiesta católica tradicional que celebra la instauración de la Sagrada Eucaristía o la presencia del Cuerpo de Cristo en la tierra, el Corpus Christi -originario de la iglesia de España del siglo XII- llega luego a América Latina instaurándose en Ecuador con la llegada de los españoles.
Al inicio fue una celebración dedicada sólo al sacerdocio, y se lo conmemoraba cada Jueves Santo. Con Santo Tomás de Aquino y el Concilio del Trento en 1586 se proclama la fiesta universal para toda la iglesia católica conocida como el Corpus Christi.
Al inicio fue una celebración dedicada sólo al sacerdocio, y se lo conmemoraba cada Jueves Santo. Con Santo Tomás de Aquino y el Concilio del Trento en 1586 se proclama la fiesta universal para toda la iglesia católica conocida como el Corpus Christi.
En las ciudades españolas y europeas para conmemorar esta fiesta los reyes salían a las procesiones bajo un sol candente, con penitencias como el ayuno durante los ocho días de corpus; además se realizaba la entrega de limosna a los pobres.
Según cuenta el sacerdote Prior de la Orden Dominicana en Cuenca, Galo Dávila, en todas las ciudades e iglesias del país y Sudamérica que él ha visitado las celebraciones tienen algo de común sobre todo teniendo como punto principal la procesión con el Santísimo fuera de la iglesia.
Según cuenta el sacerdote Prior de la Orden Dominicana en Cuenca, Galo Dávila, en todas las ciudades e iglesias del país y Sudamérica que él ha visitado las celebraciones tienen algo de común sobre todo teniendo como punto principal la procesión con el Santísimo fuera de la iglesia.
A pesar de las coincidencias, en algunas ciudades se presentan ciertas particularidades -según dice Dávila- por ejemplo en Santiago de Chile la procesión de Corpus Cristi tiene gran solemnidad, como lo tiene en Cuenca el Pase del Niño el 24 de diciembre. En Chile se festeja con procesiones de varias calles llenas de creyentes, representación de colegios, escuelas, fábricas, instituciones religiosas y culturales.
En las zonas indígenas ecuatorianas existe un interés especial por festejar durante el Corpus Christi a San Juan, San Pedro y San Pablo. En el centro del país la procesión tiene características singulares ya que participan danzantes, y en Cañar niños y niñas utilizan vestimenta especial.
En las zonas indígenas ecuatorianas existe un interés especial por festejar durante el Corpus Christi a San Juan, San Pedro y San Pablo. En el centro del país la procesión tiene características singulares ya que participan danzantes, y en Cañar niños y niñas utilizan vestimenta especial.
En Cuenca se la conoce como la "Fiesta del Septenario" ya que durante siete días el Santísimo permanece en la catedral para el culto de los creyentes. Anteriormente se celebraba mediante procesiones desde la Catedral antigua alrededor del parque Calderón, con la Custodia y la Hostia Sagrada y la presencia de gran cantidad de personas.
En la actualidad por las noches el público cuencano, sobre todo jóvenes, acuden hasta el parque Calderón para compartir momentos con sus amistades, y presenciar en especial la quema de los tradicionales castillos.
Durante los días del Septenario otra de las costumbres es la venta de una variedad de los deliciosos dulces de corpus, en puestos ubicados en los portales de la catedral. Las tradiciones persisten aunque el Corpus Christi no se haya librado de la crisis económica, pues los precios son demasiado elevados, tornándose casi imposible que personas de escasas posibilidades económicas puedan saborear estos dulces.
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